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Traducción automática: Presente y Futuro

Joseba Abaitua

Universidad de Deusto

abaitua@fil.deusto.es

 

El ámbito de la traducción automática

 

 

El ámbito de la traducción automática - Martin Key

En 1980 Martin Kay redactó un informe interno para la empresa RankXerox, "The Proper Place of Men and Machines in Language Translation", inédito para el gran público hasta su reciente publicación en la revista Machine Translation. El hecho en sí parece inexplicable considerando el enorme prestigio de este especialista de la inteligencia artificial. Que haya sido por fin en 1997 cuando se difunda el texto original se debe a la constatación de muchas de las dudas y predicciones formuladas por Martin Kay hace 17 años. Estas son algunas de sus afirmaciones:

"El ordenador es un instrumento que puede servir para magnificar la productividad humana. Usado adecuadamente, no tiene por qué deshumanizar, con la impronta de su sello orwelliano, los productos de la creatividad y del trabajo del hombre sino que, apropiándose de lo que es mecánico y rutinario, puede liberarle para que se dedique íntegramente a las labores que son esencialmente humanas. La traducción, aun siendo un arte delicada y precisa, conlleva muchas tareas que son mecánicas y rutinarias. Si estas tareas fueran encomendadas a una máquina, la productividad del traductor no sólo se vería magnificada, sino que su trabajo se haría más gratificante, más apasionante, más humano."

"El ordenador es un instrumento que puede servir para magnificar la productividad humana. Usado adecuadamente, no tiene por qué deshumanizar, con la impronta de su sello orwelliano, los productos de la creatividad y del trabajo del hombre sino que, apropiándose de lo que es mecánico y rutinario, puede liberarle para que se dedique íntegramente a las labores que son esencialmente humanas. La traducción, aun siendo un arte delicada y precisa, conlleva muchas tareas que son mecánicas y rutinarias. Si estas tareas fueran encomendadas a una máquina, la productividad del traductor no sólo se vería magnificada, sino que su trabajo se haría más gratificante, más apasionante, más humano."

El tiempo le ha dado la razón precisamente en un momento de giro radical en los planteamientos de un destacado sector de empresas especializadas en software para la traducción, dedicadas al desarrollo de entornos de traducción, sobre los que hablaremos detalladamente más adelante. Podemos resumir las recomendaciones de Martin Kay en la máxima de "establecer una correcta división de trabajo que optimice la cooperación entre el traductor y su máquina."

 

 

Cuello de botella de la sociedad de la información

 

Sobrecarga informativa

En los albores de una "nueva era" que seguirá siendo plurilingüe, la traducción es el principal cuello de botella para la pretendida globalización de la información. Comparado con las rotativas más modernas capaces de producir unos 20 millones de páginas por hora, un traductor manual puede llegar a rendir, en los casos más favorables, a un ritmo de 20 páginas por día, mejorando muy poco la productividad del monje copista medieval que transcribía 3 o 4 páginas por día.

La incorporación de nuevos estados miembros a la Unión Europea plantea graves problemas de traducción. Fuente: The Journal of Record for Human Language Technology(Sept. 1999)

When Sweden and Finland joined the EU in 1995, that entailed translating some 60,000 pages of EU regulations, the co-called acquis communautaire. Now, thanks to the untiring efforts of the EU's lawmakers in Brussels, Pavlína Obrová; and her colleagues are wrestling with upwards of 80,000 pages of the EU Official Journal, (equivalent to some 200,000 sheets of A4 paper). A team of 35 translators is currently tackling the task in Prague, with support of the European Commission's Technical Assistance and Information Exchange office (TAIEX).

Cuando Suecia y Finlandia se incorporaron a la UE en 1995, hubo que traducir alrededor de 60.000 páginas de regulaciones comunitarias, lo que se conoce como el acquis communautaire. Ahora, gracias al inagotable esfuerzo de los legisladores de Bruselas, Pavlína Obrová y sus colegas están peleándose con más de 80.000 páginas del Diario Oficial de la UE (equivalentes a unas 200.000 hojas tamaño A4). Un equipo de 35 traductores está abordando esta labor en Praga, con la ayuda de la oficina de Asistencia técnica y de intercambio de información de la Comisión Europea (TAIEX).

En un estudio titulado Methods for Satisfying the Needs of the Scientist and the Engineer for Scientific and Technical Communication, Hubert Murray Jr. revela que se registran aproximádamente 20 millones de palabras por día de información técnica. Un lector capaz de leer 1.000 palabras por minuto necesitaría 45 días, a una media de 8 horas diarias, para digerir la producción de un día. Al cabo de estos 45 días, su desfase sería de 5,5 años. Una comunidad lingüística necesitaría de 2.000 esforzados traductores para poder vertir a su lengua este caudal diario de información técnica.

Susan Hubbard comenta en Information Skills for an Information Society: A Review of Research que en los últimos 30 años se ha generado más información que en los 5.000 anteriores. Más de 9.000 publicaciones periódicas se editan en los EEUU cada año, y casi 1.000 libros salen a la luz diariamente en el mundo. La edición semanal del New York Times contiene más información de la que una persona normal podría encontrar en toda su vida en la Europa del siglo XVII. Y el ritmo de crecimiento del caudal de datos experimenta hoy una aceleración más vertiginosa que nunca.

 

El inglés como lingua franca

Todavía por bastante tiempo, la solución transitoria a las barreras lingüísticas no se va a encontrar en la traducción sino en una resignación generalizada e inevitable a aceptar el inglés como lengua vehicular o lingua franca. Esta lengua que es nativa para solo un 8% de la población mundial, es, según Jean-François Degremont, sociólogo francés consejero de WorldMedia, lengua vehicular para el 20% de la humanidad.

Según datos recogidos por Large en 1983, del total de publicaciones técnicas y científicas, el inglés era la lengua de origen de la mitad de estas publicaciones; el francés, alemán, japonés y ruso juntos representaban otro 40% y el resto de las lenguas el 10%. En 1991 Jean-François Degremont aportaba una nueva cifra: Un 22% de todas las obras publicadas se editan en inglés, pero esta cifra se remonta hasta el 80% para las publicaciones científicas y técnicas. Estudios recientes apuntan a que la información en inglés sobrepasa el 90% de toda la información depositada en Internet.

 

El mercado mundial de la traducción

Según Van Slype en 1981 el mercado mundial de la traducción rondaba los 150 millones de páginas, con un presupuesto de 3.000 millones de US$ y un 175.000 traductores.

Un lustro más tarde en 1986, sólo el mercado japonés (según datos de la Asociación para el Desarrollo de la Industria Electrónica Japones, JEIDA) alcanzaba ya la cifra de 200 millones de páginas traducidas al año, con un presupuesto de 4.000 millones de US$. Una empresa de automóviles traducía 300.000 páginas por año (una página se calcula en unos 400 caracteres japoneses o unas 125 palabras inglesas).

En esa misma fecha, 1986, el mercado europeo se estimaba en 100 millones de páginas anuales. La Comisión Europea calculaba en unas 770.000 páginas las traducidas en 1987 y 967.000 en 1990, con un presupuesto de 10.000 millones de ECU y una plantilla de más de 5.000 traductores para el conjunto de lenguas oficiales. Luxemburgo y Bruselas cifraron en 9.720 el número de reuniones en 1989, lo que equivale a 110.000 días/intérprete.Traducción e interpretación supone casi el 50% de los costes administrativos de la CEE (Balfour, 1986).

En 1984 los servicios conjuntos de conferencias e interpretación en la Oficina de Traducción de la Secretaría de Estado Canadiense generaban 120.000 páginas, con una plantilla de 1.800 traductores. En las mismas fechas, la oficina de las Naciones Unidas en Nueva York traducía un volumen de 1,5 millones de páginas, con un crecimiento mayor a un 50% en 6 años (en 1978 eran 640.000 las páginas traducidas).

Analizando estas cifras se comprueba que la productividad de los traductores puede ser muy variable, de las menos de 100 páginas por traductor/año reportada por la Secretaría de Estado Canadiense, a las más de 700 páginas que la Comisión Europea otorga a sus traductores. Existen muchos factores que relativizan estos promedios, como la diversificación laboral del traductor (redación, interpretación, etc.), el número de versiones de cada página traducida, etc.

En cualquier caso, si se tiene en cuenta que sólo un 3% del volumen total de páginas traducidas corresponde a obras literarias, existen motivos más que suficientas para ensayar la mecanización a gran escala de la producción plurilingüe del grueso de publicaciones diplomáticas, administrativas, comerciales y técnicas, cuyas traducciones son, por su propia naturaleza, mecánicas y rutinarias.

La empresa consultora Ovum Ltdreportaba en un informe publicado en 1996 que el valor estimado del mercado de los productos de traducción para 1995 había sido de 200 millones de EU$, del que más de la mitad correspondía al mercado japonés. Por productos, Systran con 1,5 millones de US$, Metal con 6, Logos con 1,5y Globalink con 15son líderes en este momento, aunque con el reciente contrato alcanzado por Trados con Microsoft y la Comisión Europea, esta empresa irrumpe con fuerza en este elitista grupo.

 

Objetivos de la TA

 

Traducciones en borrador

"Lo que se ha logrado es desarrollar programas informáticos que realizan traducciones en borrador en áreas relativamente bien delimitadas. Estas traducciones pueden luego corregirse para obtener versiones finales de calidad por unas tarifas económicas. También pueden dejarse como están, sin revisar, puesto que los especialistas pueden leerlas y entenderlas para informarse. En algunos casos, con los controles adecuados sobre el texto original, es posible alcanzar, de forma automática, resultados de mayor calidad que requieren poca o ninguna corrección."

 

Textos sin valor literario

"La mayor parte de los textos que se traducen en el mundo no tienen un alto valor cultural ni literario. La mayoría de los traductores profesionales se dedican a satisfacer la enorme y creciente demanda de traducciones de documentos técnicos y científicos, transacciones comerciales, informes administrativos, documentación jurídica, manuales de instrucciones, libros de texto de medicina o agricultura, patentes industriales, panfletos publicitarios, reportajes periodísticos, etc. Parte de este trabajo resulta difícil y constituye un reto, pero un gran porcentaje es tedioso y repetitivo, a la vez que exige precisión y coherencia. La demanda de estas traducciones se está incrementando a un ritmo superior a la capacidad de los traductores, por lo que la ayuda del ordenador ejerce una evidente e inmediata atracción."

 

 

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